Hace ahora casi cinco años comenzaba la turbulencia económica más profunda
y larga desde la Gran Depresión, pero nadie imaginaba entonces que no serían
solo una sino varias crisis sucesivas las que sacudirían el sistema económico
mundial. Algunos lo llaman ya la gran recesión. Primero cayeron entidades
financieras que apostaron por hipotecas basura, luego la trama de una
gigantesca estafa global basada también en ese juego y en mayo de 2010 el
rescate de Grecia hacía saltar todas las alarmas. Le siguieron Irlanda y
Portugal. Después de tanto sobresalto, la crisis se agudiza y las turbulencias
financieras arrecian contra otros países como España e Italia. Hace casi cinco
años los líderes mundiales querían transformar los mercados, ahora son los
mercados los que condicionan la política. En medio de la tormenta Europa
buscaba un difícil acuerdo de urgencia para sacar adelante el segundo plan de
rescate a Grecia.
21 de julio de 2011, otro hito en la historia de la crisis. Los 17 líderes
políticos del llamado Eurogrupo, los países del euro, se reúnen en Bruselas
para buscar la solución de emergencia, para tratar de paliar el acoso de los
mercados financieros a las economías, como la griega, que tienen serios
problemas para pagar su deuda. La cuestión es que Europa creó el euro, pero no
mecanismos de coordinación de las diferentes políticas económicas. Ahora hay
una Europa a dos velocidades y sería necesario un sistema de gobernanza común
que en este momento se ve difícil y lento de crear aunque imprescindible.
Días de inestabilidad e incertidumbre y una situación cada vez más compleja
que parece imposible de contener es la tónica de la economía europea.
La tensión por la situación económica y las protestas por los ajustes
siguen dejándose sentir en las calles de Atenas. La preocupación y la angustia
se apoderan de los griegos aunque hay algún atisbo de esperanza.
La misma tarde del jueves 21 las expectativas positivas hacen que las
bolsas reaccionen y remonten los números rojos de la semana anterior. Los
mercados griegos abren con subidas y con esperanzas de que los dirigentes de la
zona euro lleguen a un acuerdo para resolver la crisis de la deuda.
Las esperanzas se confirman y en un acuerdo de especial trascendencia los
líderes del Eurogrupo aprueban un nuevo rescate financiero a Grecia hasta 2014
por valor de 109.000 millones de euros de dinero público más 50.000 que serán
aportados por entidades privadas de forma voluntaria. Lo esencial es que se
reducen los tipos de interés que tendrá que pagar Grecia hasta un 3,5% y se
alargan los plazos en los que deberá hacerlo, los vencimientos más largos serán
a 30 años.
El acuerdo que descarta establecer una tasa para los bancos también
contempla, como se recogía en el primer borrador, que el Fondo Europeo de
rescates pueda comprar deuda pública en mercados secundarios siempre que lo
autorice el Banco Central Europeo. Supone un alivio, una inyección de confianza
y credibilidad que necesitaban economías y ciudadanos europeos.
Europa buscaba una salida global a la crisis para evitar
la fractura en la zona euro. Se diseñó un plan de recapitalización de los
bancos y se amplió hasta un billón de euros el fondo de rescate a los países en
apuros. Unas decisiones que miran muy de cerca a Grecia y evitan su colapso
como Estado. El país y, con él, la eurozona, se salva de momento, con el
acuerdo logrado por los líderes europeos.
La reunión era decisiva y terminaba con la posibilidad de un Plan Marshall a la europea para la recuperación de
Grecia. Las reacciones eran en general positivas, el nuevo plan para Grecia
rebajaba la tensión, pero nadie era capaz de augurar lo que les deparaba a los
mercados y a los países. Lo que sí que quedaba claro es que, también en materia
de economía, solo la unión hace la fuerza.
Fuente: www.euronews.es, El País, www.efe.com
Laura C. Chiachio
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