“Lejos
de crear la crisis, los países periféricos se enfrentaron contra fuerzas
poderosas fuera de su control, fuerzas que probablemente habrían hecho esta
crisis inevitable in importar lo responsablemente que se hubieran comportado”, según
el economista Kash Mansori, versión apoyada por el Nobel de Economía Paul
Krugman.
Según la versión más extendida de los hechos, se acusa a los países periféricos (Portugal, Irlanda, España, Grecia e Italia) de haber sido derrochadores por prejuicios o visiones erróneas de los acontecimientos.
Se
habla de que la deuda de la periferia ha crecido tanto que ha asustado a sus
inversores, que ahora temen que los países se encuentren en riesgo de default.
Según esta visión de los hechos, si los países periféricos hubieras controlado
el gasto, esta crisis económica se habría evitado.
Según
Mansori, el diseño de la Eurozona ha causado el crecimiento de la deuda de los
llamados “PIIGS”. Uno de los objetivos del euro fue promover una integración
financiera que permitiera a los inversores encontrar oportunidades dentro de
los países miembros, al ser eliminada la barrera de la divisa.
“Hacer
más fácil que el capital fluyera de los países donde había excedente de él pero
con rendimientos bajos hacia países donde ocurriera lo contrario”. El euro permitió a los bancos del núcleo de
Europa, la Europa rica, beneficiarse de las rentabilidades de las inversiones
periféricas, que se beneficiaban así de capital extranjero.
Estos
flujos de capital, desde el núcleo hasta la periferia, han sido causantes de la
crisis económica. El déficit de los países de la periferia creció enormemente
tras la entrada del euro. Los inversores conseguían un alto rendimiento y la
periferia vivía un “boom” por el fácil acceso al crédito, mientras las
exportaciones del núcleo también crecían.
Estos incrementos de flujos de capital dependen de los inversores internacionales
y de sus sensaciones. Cuando se produce una crisis de confianza, llega la
crisis económica. La reducción del crédito puede ocurrir también cuando los
países están siguiendo políticas macroeconómicas correctas. Esto ha sucedido en
la periferia, a pesar de que países como España e Irlanda hayan sido
fiscalmente más responsables que Francia y Alemania.
Artículo de Kash Mantori en The New Republic:
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