En noviembre de 2011 se anunció que Grecia
tendría un nuevo Gobierno. Un gobierno
de coalición sin el hasta entonces primer ministro, Yorgos Papandreu,
que trataría de hacer frente a la dura tarea de evitar la bancarrota del
país con una crisis que ya había traspasado las fronteras de las
finanzas y se
había extendido al ámbito político y social.
La deuda, en el trasfondo de la crisis
Se cumplen ahora dos años desde que las
agencias de calificación rebajaran la nota de la deuda griega que provocó el
desplome de la Bolsa y los bonos helenos. Corría el mes de diciembre de 2009 y
ya entonces la Comisión y el Banco Central Europeo instaron al país a tomar
medidas. Sólo un
mes después, un informe de la Comisión acusa al Estado griego
de irregularidad sistemática en el envío de datos fiscales a Bruselas. El
3 de febrero, la Unión Europea aprobó el plan de austeridad griego y prometió
seguir de cerca los pasos del Ejecutivo.
El mecanismo de rescate
El 25 de marzo de 2010, los
países de la zona euro acordaron el mecanismo para proceder, si fuera
necesario, al rescate financiero de Grecia. Un mes
después, Standard and Poor’s rebajó la deuda griega a bono basura
y aumentaron las dudas sobre la solvencia del país. De forma
paralela, crece el temor de que la situación se contagie a otros países de la
unión monetaria y el euro cae hasta el nivel mínimo en un año.
El 29 de abril, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, responsabilizó a los gobiernos anteriores de la dramática situación del país: la deuda pública supera el 115% del PIB y el déficit público en 2009 asciende hasta el 13,6% del PIB.
Ayudas y reformas
Los problemas de la economía
griega fueron en aumento y la eurozona decidió aprobar un préstamo al país
de 110.000 millones de euros para 2010-2012, del que el FMI aportó 30.000
millones. A cambio, el Gobierno griego dio luz verde a un
programa de reformas de las pensiones que también contempla la ampliación de la
jubilación y el periodo de cotización para acceder a la pensión completa. Hacia
finales de año, el 23 de noviembre, la Unión Europea y el Fondo Monetario
Internacional aprobaron el tercer tramo de ayuda a Grecia, poco después de conceder
el segundo.
Huelgas generales
2011
comienza como acabó el año anterior, con una huelga general el 23 de febrero.
En los doce meses anteriores, la sociedad griega, con un alto grado de
descontento sobre lo que estaba sucediendo con sus finanzas, había protagonizado
hasta ocho paros generales. En alguno de ellos, la crispación desembocó
en importantes actos de violencia. Mientras tanto, el Ejecutivo
nacional siguió trazando planes de austeridad y de recortes.
El 23 de mayo, el Gobierno aprobó nuevas medidas para ahorrar 28.000 millones de euros hasta 2015 y privatizaciones para conseguir otros 50.000 millones adicionales.
El 23 de mayo, el Gobierno aprobó nuevas medidas para ahorrar 28.000 millones de euros hasta 2015 y privatizaciones para conseguir otros 50.000 millones adicionales.
Entre otras
medidas figuran la reducción del número de funcionarios y de sus sueldos,
la congelación de las pensiones, la reducción de organismos públicos, la venta
de empresas o la subida de impuestos. El movimiento de los “indignados” toma el
centro de Atenas.
Segundo rescate
El 21 de
julio de 2011, los líderes de la eurozona acordaron un segundo rescate por
109.000 millones de euros, en el que también participó el sector privado.
Ninguna ayuda parecía ser suficiente. La situación de Grecia empeoraba por
momentos y el Gobierno reconocía, el 2 de octubre, que no cumpliría los
objetivos de déficit. Los organismos europeos e internacionales continuaban
estudiando cómo poner freno a la caída helena.
Acuerdo global en la eurozona
La Eurozona
alcanzó un pacto
global que sería definitivo para el rescate de Grecia
y para su permanencia en el euro. Los líderes de los países que pertenecen a la
moneda común pactaron con los bancos internacionales la condonación de la
mitad de la deuda griega, así como aumentar la contribución al rescate de
la república helena en 30.000 millones de euros. De esta forma, la aportación
pública (a través del fondo de rescate) sería en total de 139.000 millones. A
cambio, el Gobierno de Yorgos Papandreu tendría que llevar a cabo nuevos
recortes y privatizaciones.
La sorpresa del referéndum
La noticia
del acuerdo global de la Eurozona aportó cierta calma al Ejecutivo griego y
supuso una inyección de confianza en los mercados. Pero la calma apenas duró
unos días. El tiempo que tardó Papandreu en anunciar su intención de someter a
referéndum la nueva hoja de ruta europea para el rescate
heleno y convocar una moción de confianza que tendría lugar el
viernes 4 de noviembre.
La cumbre del G-20
Tras el
anuncio, las alarmas saltan en el corazón de Europa, que en la misma semana
acogía la cumbre de los líderes del G-20. Desde el primer momento, la situación
de Grecia se
convierte en protagonista. La canciller alemana Angela
Merkel y el presidente francés Nicolás Sarkozy convocaron una reunión de
urgencia con Papandreu para tratar de convencerle de que diera marcha atrás en
su intención de celebrar el referéndum. Lejos de conseguir su objetivo, el
primer ministro griego aseguró tras la reunión que la consulta tendría lugar el
4 ó 5 de diciembre. Merkel y
Sarkozy amenazaron: “Grecia no recibirá más
dinero en concepto de ayuda hasta que no despeje todas las incertidumbres”.
Para ese momento, el Gobierno de Papandreu ya estaba sumido en una crisis interna por la que se cuestionaba, incluso, que sus compañeros de filas le apoyaran en la moción de confianza.
Marcha atrás
A sólo un
día de la cita definitiva en el Parlamento y ante las presiones internas y
externas, el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, confirmaba de
forma oficial que no habría
referéndum sobre el rescate. Sólo un día después,
Papandreu “sobrevive” a
la moción de confianza que él mismo planteó, con 153 votos a favor y 145 en
contra.
Negociaciones para un nuevo Gobierno
Tras
conseguir el respaldo, Papandreu prometió iniciar al día siguiente
conversaciones para formar un gobierno de unidad nacional (incluso no
encabezado por él).
Dos días
después, el presidente griego, Karolos Papoulias, recibió a Yorgos Papandreu
para sentar las bases del posible nuevo Gobierno, en el que sería fundamental
el consenso para evitar la convocatoria de elecciones anticipadas. Esta tarea
se antojaba complicada por la posición de Antonio Samaras, el líder de Nueva
Democracia, que con sus 85 escaños es el principal partido de la oposición.
Samaras pedía la dimisión de Papandreu y, a cambio, proponía la puesta en
marcha de un Ejecutivo de tecnócratas que aprobara en el Parlamento el plan de
rescate y convocara inmediatamente elecciones generales.
Papandreu
era contrario a esta propuesta. Sin embargo, y tras un día de frenéticas
negociaciones entre el Ejecutivo griego y los partidos de la oposición, el
acuerdo llegó. La Presidencia helena anunciaba que se había "llegado al
acuerdo de formar un Gobierno que lleve a elecciones inmediatas".
Gobierno de coalición sin Papandreu
Samaras y Papandreu volverían a
reunirse para designar un nuevo primer ministro y la composición general del
Gobierno.
El primer ministro griego, Yorgos
Papandreu, anunció su dimisión el 5 de noviembre de 2011 y la intención de
formar un gobierno de unidad nacional con Antonis Samarás. El
objetivo del nuevo gobierno de coalición era aplicar las pautas acordadas en la
cumbre europea y la convocatoria de elecciones anticipadas tras un período
determinado de tiempo.
Papandreu se reunió con la
oposición con el propósito de tomar las medidas necesarias para
iniciar el fin de la crisis política griega. El recién estrenado Ejecutivo
debería hacer frente al préstamo de las ayudas recibidas así como negociar las
condiciones del nuevo plan de ayuda.
El exvicepresidente del Banco
Central Europeo Lucas Papademos, fue el elegido por Papandreu y Samaras para
encabezar el nuevo gobierno griego de unidad nacional hasta las elecciones que
se celebraran el 19 de febrero.
Además, el
nuevo Ejecutivo lo integran 49 miembros entre los que se encuentran, sobre
todo, miembros del partido socialista PASOK, junto con seis representantes del
conservador Partido Nueva Democracia (PND) y cuatro integrantes de la más
pequeña y derechista Reunión Popular Ortodoxa (LAOS) que se unieron al gobierno
por primera vez.
Por su parte, Evangelos Venizelos
conservó su cargo de viceprimer ministro y ministro de Finanzas. Theodoros
Pangalos, otro miembro clave del PASOK, partido que tiene la mayoría
parlamentaria, también seguirá siendo viceprimer ministro. El vicepresidente
del PND, Stavros Dimas, excomisionado de la Unión Europea para Medio Ambiente,
fue nombrado nuevo ministro de Relaciones Exteriores, y el segundo
vicepresidente del PND, Dimitris Avramopoulos, será el nuevo ministro de
Defensa Nacional. El legislador Mavroudis Voridis, del LAOS, será el nuevo
ministro de Infraestructura, Transporte y Redes. Y por lo demás, la mayoría de
los ministros del ex primer ministro Yorgos Papandreu conservaron sus carteras.
Fuente: El País, ABC, www.rtve.es
Laura C. Chiachio
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